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El ciclo de sanación del bolsillo: cinco hábitos para ahorrar si ganás poco dinero

Cobrar a fin de mes, pagar cuentas, saldar deudas pendientes y subsistir con el dinero que queda hasta el siguiente sueldo. Ese es el ciclo de vida financiero de miles de personas alrededor del mundo. La cultura del ahorro en esa estructura parece no tener lugar. Pero diferentes experiencias demuestran que no es así y que, incluso quienes cobran poco, tienen capacidad de ahorro.

Pero, aprender a ahorrar no se da de un día para otro y de forma automática. Se trata de una práctica nueva que debe acomodarse en paralelo al estilo de vida de cada persona. Hay un proceso de cinco pasos o hábitos diferentes que, ordenados, pueden dar un excelente resultado. Mejorar el estado financiero es posible si se ponen en práctica una serie de actividades comprometidas con la economía personal.

No se trata de habilidades blandas o de un simple cambio de actitud. Ahorrar es buscar la forma activa de mejorar tu disponibilidad de dinero y también de tus ingresos. Todo esto puede solucionarse con los siguientes hábitos.

Ahorrar ganando poco es posible en cinco pasos
Meta de ahorro. Las personas que no estén familiarizadas con el hábito del ahorro deberán empezar de a poco y para eso no es necesario iniciar con grandes capitales, ni grandes metas. Lo más sensato es plantearte una meta de ahorro específica. La capacidad de ahorro no es la misma en todas las personas, por eso la meta debe ser personal y realista. Por ejemplo, se puede plantear ahorrar una determinada cantidad de dinero o ahorrar lo suficiente para hacer algún tipo de gasto o compra grande.

Ahorro primero. En el ciclo de las finanzas personales que se mencionó al inicio, el primer paso es pagar. Es allí donde debe incluirse el ahorro, como si se tratara de un pago personal. El ahorro no debe dejarse para el final, sino que debe priorizarse. Antes de hacer compras, hay que guardar una parte en tu cuenta de ahorro. Guardar antes de gastar ayuda a aumentar tu capital de forma regular y predecible y así acercarte a la meta de ahorro.

Gastos hormiga. Todas las personas tienen gastos hormiga, es decir, pequeños gastos que parecen mínimos e inofensivos pero que, sumados, representan un porcentaje considerable de tus ingresos. Para saber qué hacer con ellos, deberás registrar todos tus gastos del mes. Puede ser tedioso al principio, pero tras algunas semanas podrás armar categorías según los gastos, analizar en qué se van tus ingresos y decidir qué cosas son realmente importantes.

Cuestionar hábitos. Gastar poco pero de forma continua es un hábito que se practica de forma inconsciente durante años. La clave para saber qué es prescindible y qué es imprescindible es hacer una crítica a tus propios hábitos de consumo. Por ejemplo, si una persona fuma y quiere dejarlo, revisar cuánto gasta en el mes puede ser un aliciente para que deje de hacerlo. Ser críticos con el hábito de fumar puede permitir reducir los egresos. Funciona igual con los pequeños gastos en compras como gaseosas, delivery de comida y otros.

Aprende a invertir. Ya sea invirtiendo en un emprendimiento que te permita generar ingresos extra o aprendiendo a servirte de las herramientas bancarias, es importante evitar que tu dinero quede estancado. La mejor opción es hacerlo circular con un riesgo bajo para que tus ahorros sigan creciendo, lo que te permitirá alcanzar la meta específica en un tiempo más corto.