No debe alarmar reciente variación tipo de cambio

Economistas coinciden en destacar que la depreciación del pesos dominicana frente al dólar en los últimos meses responde a factores estructurales y previsibles, y no representa un escenario de riesgo o crisis cambiaria.
El economista Miguel Collado aseguró que el comportamiento reciente del dólar se explica por las medidas de expansión monetaria adoptadas por las autoridades, como la liberación de RD$83,000 millones del encaje legal y otras facilidades de liquidez. Estas decisiones, afirmó, aumentan la cantidad de pesos en circulación y generan presiones normales sobre el tipo de cambio.
Collado recordó que este patrón no es nuevo. “A finales de marzo del año pasado, cuando se aplicaron políticas restrictivas, el peso se apreció. En cambio, en contextos de mayor estímulo crediticio, como el último cuatrimestre de 2024 o el actual, es normal observar cierta depreciación”, explicó. Añadió que no hay nada inusual en este comportamiento, pues se trata de una reacción lógica del mercado.
Por su parte, el economista Alejandro Grisanti señaló que incluso a pesar de esta depreciación, el peso dominicano sigue mostrando señales de fortaleza. Advierte que, de hecho, podría estar sobrevalorado, lo cual ha mantenido artificialmente bajo el tipo de cambio. Dijo que según modelos como el Índice Big Mac o las estimaciones de su firma, Ecoanalítica, el valor de equilibrio del dólar podría rondar entre RD$64.90 y RD$69.00.
Grisanti sostiene que permitir cierta corrección en el tipo de cambio ayuda a evitar distorsiones en la economía. “La sobrevaloración de la moneda, puede afectar la competitividad, encarecer exportaciones y limitar el crecimiento de sectores productivos. Por ello, lo que se está viendo no es una señal de alarma, sino un ajuste ordenado hacia niveles más sostenibles”, dijo.
Ambos economistas destacaron al ser consultados por HOY que no existen factores externos que estén generando presión. El dólar, de hecho, se ha debilitado globalmente. Tampoco se han producido cambios abruptos en las tasas de interés ni en el entorno financiero internacional. La estabilidad de las reservas internacionales, que se mantienen en niveles históricamente altos, refuerza la idea de que no hay riesgo sistémico.