Mito o realidad: ¿Comer carne de cerdo puede afectarte si tienes una cirugía?

Si eres fanático de la carne, seguramente has escuchado que comer carne de cerdo puede afectar a tu organismo si te has sometido a una cirugía, pero ¿qué tan cierto es? Te explicamos lo que dicen los expertos.
La carne de cerdo es reconocida por su sabor y versatilidad en la cocina, además de ser una fuente rica en nutrientes esenciales que contribuyen al bienestar general. Sin embargo, su consumo tras una cirugía ha sido objeto de debate.
Antes de explicarte lo que dicen los expertos sobre si hay riesgo al comer carne de cerdo después de una cirugía, primero te compartimos algunos mitos sobre su consumo.
¿Cuáles son los mitos de la carne de cerdo?
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural menciona que uno de los mitos más comunes sobre la carne de cerdo es que es demasiado grasosa.
Los especialistas explican que esto es falso, ya que la cantidad de grasa varía según el corte de carne, existiendo opciones más magras.
Otro mito extendido es que consumir carne de cerdo provoca infecciones como la cisticercosis y la triquinosis, causadas por las larvas Taenia solium y Trichinella spiralis, respectivamente.
Se ha demostrado que esto es falso, ya que para que ocurra, el animal debería haber sido criado en condiciones antihigiénicas y la carne consumirse cruda o poco cocida.
¿Por qué se dice que comer cerdo después de una cirugía es peligroso?
Algunos especialistas mencionan que ingerir carne de cerdo tras una cirugía puede ser riesgoso por diversos factores.
Aunque dependerá de las indicaciones médicas y el tipo de procedimiento, estas son algunas razones por las que se recomienda evitarla:
- Problemas digestivos: La carne de cerdo puede ser más difícil de digerir, lo que podría causar malestar estomacal en un cuerpo en recuperación.
- Riesgo de infección: Si la carne no está bien cocida, podría contener bacterias o parásitos que afecten el sistema inmunológico.
- Inflamación: Algunos cortes tienen altos niveles de grasas saturadas, lo que podría aumentar la inflamación y ralentizar la cicatrización.
- Sensibilidad del cuerpo a la grasa: Después de una cirugía, los alimentos grasos pueden causar náuseas, vómitos o malestar digestivo.
- Interacción con medicamentos: En algunos casos, las grasas y proteínas del cerdo podrían interferir con la absorción de ciertos medicamentos postoperatorios.
¿Cómo saber si una herida quirúrgica está infectada?
Si notas cambios en una herida postquirúrgica, es importante identificar posibles signos de infección.
Algunas señales de alerta incluyen enrojecimiento excesivo, inflamación en la zona, dolor intenso que empeora con el tiempo o supuración de líquido amarillo, verde o con mal olor.
Es fundamental acudir al médico si presentas estos síntomas y seguir el tratamiento indicado. No olvides ver el siguiente video para más información.