¿Cómo saber que necesitas plantillas ortopédicas?

Aunque las asociamos con los niños pequeños en desarrollo, la realidad es que estos objetos pueden ser no sólo útiles sino necesarios para muchos adultos que hoy viven con mucho dolor sin aparente explicación, por eso te decimos cómo saber que necesitas usar plantillas.
Síntomas de que necesitas usar plantillas
Probablemente no lo sabes, pero la necesidad de usar plantillas se puede presentar con diferentes síntomas que quizá habías relacionado con otros padecimientos sin dar con la causa exacta de estas dolencias. A continuación te contamos cuáles son algunas señales de que necesitas usar plantillas según el Centro Médico Lasmed:
- Dolor de pies o hinchazón: Observa si tienes dolor de pies después de realizar actividades como estar de pie o caminar
- Dolor agudo en el talón: Otra señal de que podrías necesitar plantillas es sentir esta molestia en el talón que por lo general es mayor en las primeras horas de la mañana
- Pie plano o de arco alto: Esta es otra manifestación que puedes observar para consultar con un especialista
- Problemas de equilibrio o caídas
- Zapatos con desgaste desigual: Un signo que no es tan obvio de que necesitas plantillas es notar que un calzado se encuentra más desgastado que otro, esto podría ser señal de que las longitudes de las piernas son diferentes o la posición de los pies es inadecuada
- Lesión en extremidades inferiores: Tener lesiones en las piernas puede ser otra señal de que necesitas usar plantillas
- Tener pie diabético
Como puedes ver, hay signos de que necesitas usar plantillas que pueden ser confundidos con dolencias comunes pero que, en muchos casos pueden limitar el disfrute de la vida; es por ello que lo mejor es acudir con un especialista para recibir un tratamiento adecuado.
Beneficios de usar plantillas
El uso de plantillas ortopédicas puede mejorar en gran medida tu calidad de vida porque, aunque al inicio se sientan incómodas o generen dolor, conforme el pie se acostumbra a un nuevo tipo de soporte puede experimentar los beneficios de tener una base adecuada para caminar y realizar las actividades diarias.
Uno de los beneficios más inmediatos es que sentirás un alivio al caminar o permanecer de pie y ya no tendrás ese molesto dolor agudo en el talón o en la fascia plantar, que es la parte central de la planta del pie y que, por lo general es lo primero que se inflama cuando necesitas plantillas y no las usas.
Además, aunque el pie plano ya no se pueda corregir en la adultez, el uso de plantillas ortopédicas adecuadas sí puede tener un impacto positivo en el bienestar de una persona, pues pueden permitir recuperar la movilidad en personas a las que ya les costaba trabajo caminar distancias largas o estar de pie por mucho tiempo.
En algunos casos, según lo recomiende tu especialista, el uso de plantillas adecuadas puede ayudar a mejorar la pisada y en cierto grado tu postura, por lo que es recomendable visitar a un ortopedista o un médico del deporte que pueda brindarte el mejor tratamiento para mandar a hacer tus plantillas ortopédicas.
¿Cómo elegir unas buenas plantillas?
En el mercado existen muchas opciones de plantillas hechas de diferentes materiales, algunas las puedes conseguir en el supermercado y son hechas de tela o de gel, aunque también las hay de otros materiales, sin embargo, recuerda que no cualquier plantilla va a tener los beneficios que esperas.
Tomando esto en cuenta, la recomendación es que acudas con un ortopedista o médico del deporte que pueda evaluar el estado de tus pies, así como sus necesidades particulares para saber cuáles son las especificaciones que deben cumplir unas buenas plantillas, pues si usas unas que no son adecuadas para ti, no sólo no recibirás los beneficios sino que podrías empeorar la salud de tus pies.
Ahora que sabes cómo identificar si necesitas plantillas ortopédicas, no olvides que es muy importante acudir a evaluaciones con especialistas certificados y no poner en riesgo la salud de tus pies, pues esto puede limitar tu calidad de vida e incluso volverte más irritable por ese dolor que no se va.