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Diez especias que pueden ayudar a moderar la inflamación y contribuir a un estilo de vida más saludable

La inflamación crónica se ha convertido en un desafío relevante para la salud pública, ya que su presencia prolongada puede relacionarse con afecciones como la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, artritis y algunos tipos de cáncer. Aunque la inflamación cumple una función natural en la defensa y reparación del organismo, mantenerla activa de forma continua puede resultar perjudicial.

Los especialistas subrayan que diversos factores —entre ellos el estrés, la falta de actividad física, el tabaquismo y una alimentación desequilibrada— pueden favorecer este proceso inflamatorio sostenido. La buena noticia es que ciertos hábitos pueden ayudar a mitigar su aparición, y la cocina se convierte en un lugar clave: una dieta rica en alimentos frescos y condimentos naturales puede contribuir al equilibrio del sistema inmunológico.

Especias destacadas por su potencial antiinflamatorio

La canela y el jengibre son dos de las que se destacan por sus efectos antiinflamatorios.

Incorporar especias a la dieta diaria no solo aporta aroma y sabor, sino también compuestos naturales de interés. Estas son algunas de las más recomendadas:

Canela: en especial la variedad cassia, reconocida por su contenido en cumarina. Se utiliza en infusiones, postres y desayunos.

Jengibre: el jengibre seco desarrolla shogaol, un compuesto que participa en la moderación de procesos inflamatorios. Suele emplearse en tés, sopas o platos principales.

Clavo de olor: su eugenol es conocido por sus propiedades aromáticas y su uso en guisos y dulces.

Cilantro: sus semillas aportan polifenoles empleados en mezclas de especias, especialmente en preparaciones Tex-Mex.

Pimienta negra: su piperina favorece la absorción de otros compuestos como la curcumina. Resulta versátil en numerosas recetas.

Nuez moscada: su aceite contiene sustancias aromáticas utilizadas tradicionalmente en bebidas calientes y repostería.

Comino: muy presente en currys y chilis, aporta un sabor distintivo y se emplea desde hace siglos en diferentes cocinas.

Pimienta de cayena: conocida por su picante característico, se recomienda utilizarla con moderación.

Ajo: ingrediente esencial de la dieta mediterránea, presente en un sinfín de preparaciones.

Cúrcuma: apreciada por su color y por su contenido en curcumina, combinando especialmente bien con pimienta negra.

Otros alimentos interesantes para una dieta equilibrada
Además de las especias, los nutricionistas también destacan otros alimentos beneficiosos dentro de un patrón alimentario variado, como:

Las verduras de hoja verde, como la espinaca, la acelga y el brócoli, aportan vitaminas, minerales y antioxidantes que contribuyen a reducir la inflamación.
Frutas rojas (arándanos, frutillas, moras).

Verduras de hoja verde como espinacas o brócoli.

Pescados grasos: salmón, caballa, sardinas.

Frutos secos y semillas.

Aceite de oliva virgen extra.

Tomates ricos en licopeno.

Legumbres como lentejas y garbanzos.

Té verde.

La combinación de estos alimentos, junto con técnicas culinarias sencillas y el uso regular de especias, puede enriquecer las comidas del día a día y apoyar un estilo de vida saludable.

Consejos para adoptar este tipo de alimentación
Los expertos recomiendan:

Planificar las comidas y priorizar productos frescos y de temporada.

Reducir el consumo de procesados y grasas saturadas.

Probar nuevas mezclas de especias y sabores para dar variedad a los platos.

Mantener hábitos complementarios como la actividad física y la gestión del estrés. Los especialistas recuerdan que ningún ingrediente actúa por sí mismo; los beneficios surgen de una rutina equilibrada, constante y adaptada a cada persona. Y, como siempre, antes de realizar cambios importantes en la alimentación, es aconsejable consultar con un profesional cualificado.