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Dormir, moverte y sentarte bien: tres claves que pueden salvarte del dolor ciático

Esa punzada que recorre la pierna y dificulta el sueño no siempre es solo un dolor muscular; podría tratarse de ciática, uno de los problemas más comunes en la vida moderna.

Aunque con cuidados básicos suele mejorar, ignorarla puede causar molestias crónicas, adoptar hábitos saludables y prestar atención a las señales del cuerpo es la mejor manera de prevenir que el dolor vuelva.

¿Qué es realmente la ciática?
La ciática es el dolor que sigue el recorrido del nervio ciático, el más largo del cuerpo humano. Este nervio nace en la parte baja de la columna, pasa por los glúteos y desciende por la parte posterior de cada pierna hasta los pies.

Cuando alguna raíz nerviosa de la zona lumbar se comprime o irrita, aparece el característico dolor que se irradia hacia una pierna, a veces acompañado de hormigueo, debilidad muscular o entumecimiento.

Generalmente, la ciática ocurre cuando una hernia de disco o un crecimiento óseo (espuelas o espolones) presionan las raíces nerviosas de la columna lumbar.

Esta presión provoca inflamación, dolor y, en casos más graves, alteraciones en la sensibilidad o movilidad de la pierna afectada.

Mayo Clinic indica que, aunque el dolor puede ser intenso, la mayoría de los casos de ciática mejoran en pocas semanas con tratamiento médico, fisioterapia y ejercicios de fortalecimiento.

Sin embargo, si el dolor se vuelve persistente o se acompaña de pérdida de fuerza o problemas al controlar la vejiga o los intestinos, puede requerir atención especializada o cirugía.

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Cómo prevenir y aliviar la lumbociática
El manejo y la prevención del dolor ciático se basan en hábitos posturales y actividad física regular. La OMS y la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor coinciden en que el reposo absoluto no es recomendable, ya que prolonga la recuperación y debilita la musculatura.

1. Cuida tu postura

  • Mantén la espalda recta al estar de pie o sentado.
  • Usa una silla con apoyo lumbar y los pies firmes sobre el suelo.
  • Evita encorvarte o permanecer mucho tiempo en la misma posición.

2. Duerme correctamente

  • Usa un colchón firme y una almohada adecuada.
  • Duerme de lado con una almohada entre las piernas o boca arriba con soporte bajo las rodillas.
  • Al levantarte, gira de lado y apóyate con los brazos para no forzar la espalda.

3. Camina con conciencia

  • Mantén la espalda erguida y los hombros relajados.

  • Evita tacones altos o zapatos sin soporte.

  • Haz pausas activas si trabajas de pie o conduces por largo tiempo.

4. Fortalece tus músculos

  • Realiza ejercicio diario, caminar, nadar o andar en bicicleta.

  • Añade rutinas para fortalecer el abdomen y la espalda baja, como planchas o estiramientos de yoga.

5. Alivia el dolor

  • Aplica frío los primeros dos días para reducir la inflamación y calor después para relajar los músculos.

  • Los masajes terapéuticos, ultrasonido o fisioterapia pueden ayudar en la recuperación.

6. Relaja cuerpo y mente
La tensión emocional puede aumentar la percepción del dolor. Practicar técnicas de relajación, respiración profunda o meditación puede ayudar a liberar la rigidez muscular.

7. Evita automedicarte
Sigue las recomendaciones médicas antes de usar analgésicos o antiinflamatorios. La automedicación sin diagnóstico puede ocultar síntomas de una lesión más grave.

Causas y factores que disparan el dolor de ciática
La ciática se produce cuando las raíces del nervio ciático se comprimen, habitualmente por una hernia de disco o un espolón óseo. En casos raros, un tumor o una infección vertebral también pueden presionar el nervio. Entre las causas más frecuentes destacan:

  • Hernia de disco lumbar: el desplazamiento del disco intervertebral ejerce presión sobre las raíces nerviosas.
  • Estenosis espinal: el estrechamiento del canal vertebral que protege los nervios puede causar irritación del ciático.
  • Síndrome piriforme: cuando el músculo piriforme (en la nalga) se contrae o inflama, puede comprimir el nervio.
  • Traumatismos: golpes fuertes en la espalda o caídas pueden dañar las raíces nerviosas.

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Factores de riesgo
Algunos factores aumentan la probabilidad de desarrollar ciática o agravar el dolor:

  • Edad: las hernias de disco son más comunes entre los 20 y 50 años; los espolones óseos tienden a aparecer con la edad.
  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la presión sobre la columna vertebral.
  • Profesión: trabajos que implican levantar objetos pesados, girar la espalda o conducir largos periodos elevan el riesgo.
  • Sedentarismo: pasar mucho tiempo sentado o con escasa actividad física debilita los músculos de soporte lumbar.
  • Diabetes: puede causar daños en los nervios, aumentando la vulnerabilidad a la ciática.

Un estudio de la Harvard Health Publishing encontró que el sedentarismo y las malas posturas prolongadas son los principales detonantes del dolor lumbar y ciático en adultos jóvenes.

Por ello, mantener una rutina de movimiento constante y ejercicios de estiramiento resulta clave en la prevención.

Cuándo la ciática exige atención médica inmediata
Aunque el dolor ciático leve suele mejorar con reposo relativo, fisioterapia y cambios de hábitos, existen síntomas de alarma que requieren atención médica inmediata:

  • Entumecimiento súbito o debilidad muscular en una pierna o en los glúteos.
  • Dolor posterior a un accidente de tráfico o caída fuerte.
  • Dificultad para controlar la vejiga o los intestinos.
  • Dolor muy intenso que impide dormir o caminar.

Estos signos pueden indicar una compresión severa del nervio o daño neurológico que necesita intervención urgente. Según la OMS, la evaluación médica oportuna reduce el riesgo de secuelas y permite iniciar un tratamiento más eficaz.

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Cuándo consultar al médico
La ciática leve suele mejorar en unas semanas con cuidados básicos, pero si el dolor no cede tras una semana, empeora o limita tus actividades diarias, acude a tu médico de atención primaria.

En caso de los síntomas de alarma mencionados (entumecimiento, debilidad o pérdida de control vesical), busca atención médica de inmediato.

Mayo Clinic advierte que ignorar estos signos puede provocar daño permanente en los nervios o complicaciones en la movilidad. Un diagnóstico oportuno, basado en exploración física y estudios de imagen, es clave para descartar lesiones graves y diseñar un plan de recuperación individualizado.

La ciática no solo se trata de “un dolor de espalda”. Es una señal del cuerpo que indica que algo en la columna necesita atención. Prevenirla no requiere grandes cambios: basta con moverse más, cuidar la postura y fortalecer los músculos.

Si el dolor aparece, la paciencia y la constancia en el tratamiento son tus mejores aliados, con diagnóstico temprano y hábitos saludables, la mayoría de las personas logra recuperarse sin necesidad de cirugía y volver a una vida activa y sin dolor.