Várices: ¿Por qué aparecen y qué tratamientos hay para eliminarlas?
Las várices en las piernas son mucho más que un simple problema estético; son el recordatorio de que algo anda mal en el sistema de retorno de la sangre.
Si has notado esas venas hinchadas, retorcidas y a menudo de color azul o púrpura bajo tu piel, o sientes esa molesta pesadez y cansancio al final del día, las várices podrían aparecer en cuestión de tiempo.
Uno de los grandes enigmas al respecto es por qué se originan las várices y qué tratamientos existen. Es importante que atiendas esta señal de alarma para prevenir complicaciones graves y mejorar tu calidad de vida.

¿Por qué aparecen las varices y cuáles son sus señales?
La sangre debe subir por tus piernas luchando contra la gravedad. Para lograrlo, tus venas tienen válvulas que se cierran para impedir que la sangre retroceda. Cuando estas válvulas fallan, el flujo sanguíneo se vuelve lento, la sangre se acumula, y la vena se estira, se alarga y se tuerce.
Las várices son venas superficiales que se dilatan debido a una debilidad en sus paredes, una condición que puede ser heredada, de acuerdo con el Manual MSD.
Factores que contribuyen a su aparición:
- Debilidad venosa heredada: Es probable que tengas una predisposición genética a que las paredes de tus venas pierdan elasticidad.
- Los cambios hormonales durante la pubertad, el embarazo o la menopausia pueden aumentar tu riesgo.
- Edad avanzada: El riesgo de desarrollar venas varicosas aumenta a medida que cumples años.
- Estar de pie o sentado por mucho tiempo: La permanencia prolongada en estas posiciones dificulta la circulación sanguínea.
- Obesidad o sobrepeso: Aumenta la presión dentro de las venas de tus piernas.
Antes de notar la aparición de las várices, hay señales que advierten del problema, según MedlinePlus:
- Venas abultadas y visibles: Venas hinchadas y retorcidas, a menudo con aspecto de garabatos de color azul o púrpura.
- Dolor o molestia en las piernas: Puede manifestarse como sensación de pesadez o cansancio.
- Picazón: Se siente en la parte inferior de la pierna y el tobillo, especialmente cuando la pierna está caliente.
- Calambres nocturnos: Generalmente, los sientes en las pantorrillas y muslos.

¿Cómo evitar que las varices aparezcan?
Aunque las várices no se pueden curar por completo una vez que existe la predisposición, adoptar hábitos saludables puede aliviar los síntomas, evitar que empeoren y reducir la probabilidad de que se formen nuevas.
Te dejamos algunos consejos prácticos para la prevención, según los Institutos Nacionales de Salud en EU (NIH):
- Mantente en movimiento: Hacer ejercicio como caminar o nadar ayuda a que los músculos de la pierna impulsen la sangre hacia arriba.
- Controla tu peso: Mantener un peso saludable puede mejorar la circulación y disminuir la presión en las venas.
- Eleva tus piernas: Levanta los pies por encima del nivel del corazón varias veces al día para reducir la presión venosa.
- Si tienes que estar mucho tiempo de pie o sentado, cambia de posición a menudo para favorecer la circulación.
- Usa calzado adecuado: Evita los tacones altos, ya que pueden limitar el movimiento de los tobillos y afectar la circulación.

¿Qué tratamientos existen para las várices?
El tratamiento para las várices se enfoca en aliviar las molestias, mejorar la apariencia y, lo más importante, prevenir complicaciones graves. En muchos casos, los tratamientos son mínimamente invasivos y no requieren una recuperación prolongada.
Estas son algunas opciones de tratamiento disponibles, de acuerdo con los NIH y MedlinePlus:
- Medias de compresión: Estas medias especiales comprimen las venas para evitar que se estiren y duelan, siendo una opción si no deseas cirugía o inyecciones.
- Escleroterapia: Se inyecta una solución (líquida o en espuma) en la vena para irritarla, haciendo que se selle con tejido cicatricial.
- Ablación térmica (Laserterapia): Se utiliza energía láser o de radiofrecuencia para cerrar la vena, haciendo que se bloquee y se detenga el flujo.
- Flebectomía: Mediante pequeños cortes, el cirujano extrae las venas varicosas cercanas a la piel, a menudo complementando otros tratamientos.
- Cirugía (Extirpación venosa con ligadura): Es el tratamiento menos habitual y se reserva para casos graves, donde se anuda y extrae la vena varicosa.
No esperes a que las várices te limiten o causen complicaciones como úlceras o dermatitis. Aunque es una condición que tiende a empeorar con el tiempo, hoy en día existen múltiples caminos para mantener tus piernas saludables, ligeras y libres de molestias.