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La mamografía sin dolor ni radiación existe: solo tienes que tumbarte y esperar

La mamografía es una prueba esencial para el diagnóstico de cáncer de mama. Por eso, no solo se llevan a cabo en pacientes en las que existe sospecha de tumor. También son muy útiles en cribados anuales para detectar el cáncer lo antes posible. Sin embargo, muchas mujeres temen realizarse esta prueba por el dolor que normalmente causa. Las mamas se introducen entre dos placas y se presionan para que los rayos X puedan atravesarlas adecuadamente. Al presionarlas, puede producirse mucho dolor, haciendo la prueba bastante molesta. Todo eso sin contar que, aun siendo una cantidad de rayos X mínima, su uso frecuente puede llegar a ser peligroso. Por todo esto resulta tan interesante el funcionamiento del tomógrafo computarizado por ultrasonidos, una herramienta en fase de pruebas que promete solventar ambos problemas.

Dicho método es el eje sobre el que gira el proyecto europeo QUSTom, coordinado por el Barcelona Supercomputing Center, del Centro Nacional de Supercomputación. A grandes rasgos, consiste en un dispositivo que no usa rayos X, sino ultrasonidos, por lo que resulta totalmente seguro. Además, su forma de uso es muy cómoda y no supone ningún tipo de dolor. Las pruebas para validar su eficacia comenzaron en 2024, en el hospital Vall D’Hebron. Aún no está disponible para su uso generalizado, pues es importante asegurar que realmente es una buena alternativa a la mamografía. Sin embargo, con estas primeras pruebas se demuestra que podría incluso ser más preciso.

Y es que, en realidad, la mamografía también cuenta con un hándicap extra para pacientes con pechos muy fibrosos o compactos. En esos casos los rayos X pueden mostrar el interior de la mama como una especie de mancha blanca. Dado que los tumores también se pueden ver blancos, es posible que un cáncer de mama en fase inicial pase desapercibido. No parece que esto pase con el tomógrafo computarizado por ultrasonidos. Por lo tanto, podría ser una segunda razón para que desbanque a los mamógrafos en un futuro. Si las pruebas siguen siendo positivas, por supuesto.

¿Cómo funciona una mamografia convencional?
Para llevar a cabo una mamografía se colocan los pechos entre dos placas y se presionan. Después, se hace pasar una pequeña cantidad de rayos X, que pasan a un detector que compone con ellos las imágenes que pueden imprimirse tal cual o enviarse a un ordenador donde se digitalizan y agrupan para dar lugar a una imagen más completa del interior de la mama.

cáncer de mama

¿Qué diferencia hay con el tomógrafo computarizado por ultrasonidos?
El tomógrafo computarizado por ultrasonidos analiza el interior de la mama de una forma mucho menos invasiva. La paciente debe tumbarse boca abajo en una camilla, en la que hay dos depósitos con agua a 36,5 ºC. Una vez que los pechos se introducen en dichos depósitos, se ponen en marcha los ultrasonidos; es decir, ondas de sonido de alta frecuencia que se hacen pasar por los tejidos o estructuras que se quieran analizar. En este caso los pechos.

El análisis de la reflexión de dichas ondas al pasar por los tejidos puede dar una idea de su estado, así como de posibles anomalías. Normalmente se emplea un gel conductor para que los ultrasonidos puedan dirigirse a la zona que se quiere visualizar. El típico gel que se pone en el vientre a las embarazadas, por ejemplo. No obstante, en este caso el baño de agua templada en el que se introducen los pechos hace las veces de gel conductor.

Basta con 3 minutos por cada mama para obtener un resultado rápido, seguro e indoloro.

Los retos de la tridimensionalidad
Otro de los grandes puntos fuertes del tomógrafo computarizado por ultrasonidos es el uso de la supercomputación para obtener imágenes más precisas. Mediante ultrasonidos se obtienen muchas imágenes, que pasan a un ordenador que las reconstruye para dar lugar a una imagen en 3D mucho más precisa.

En 2024 comenzó a realizarse en el Vall D’Hebron un cálculo de validación. Es decir, un cálculo del valor predictivo de la prueba para un desenlace clínico determinado. Básicamente, en este caso se mide su capacidad para detectar el cáncer de mama.

Parece que es bastante eficaz, pero aún se necesita más investigación. De momento, sigue siendo necesaria la mamografía convencional; pero, con suerte, en un futuro estas pruebas tan necesarias podrían llevarse a cabo sin sufrimiento. Ya va siendo hora.