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Lluvia del 1 de mayo: entre la tradición y las alertas en República Dominicana

Santo Domingo.– Es jueves 1 de mayo. El reloj marca las 12:30 del mediodía. Martha Arias, concentrada en la cocina de su casa en un pequeño paraje de San José de Ocoa, sazona el pollo para el almuerzo. De pronto, un estruendo sacude la casa. Deja de picar los ingredientes, se limpia las manos en el delantal y corre al patio. Mira el cielo, ahora completamente gris, y grita: «¡Rodrigo, corre! ¡Date rápido con el arado y saca las vasijas, que pronto va a llover!».

Como Martha, muchas familias campesinas que viven de la agricultura esperan con ansias la llegada de las lluvias de mayo, especialmente la del primer día del mes. Para ellos, no se trata de una lluvia cualquiera.

En la tradición popular dominicana y de otros países de América Latina (como México, Colombia, Venezuela e incluso algunas regiones de España) se cree que la primera lluvia de mayo tiene propiedades curativas, energéticas y purificadoras.

Aunque no existe evidencia científica que lo respalde, esta creencia se relaciona con el inicio del ciclo agrícola, el florecimiento de la naturaleza y la renovación espiritual. En el hemisferio norte, mayo marca el resurgir de la primavera, y el agua de lluvia simboliza fertilidad, vida y abundancia.

Además, la fe católica suma un elemento espiritual a esta tradición: mayo es el mes consagrado a la Virgen María, lo que refuerza la idea de que el agua del cielo en este mes está bendecida.

Si bien el cambio climático ha modificado los patrones tradicionales de lluvia —ya no siempre llueve puntualmente el 1 de mayo—, este año sí se cumplió la expectativa, y de forma intensa. Las precipitaciones de las últimas horas fueron tan fuertes que varias comunidades de Puerto Plata, Constanza y Espaillat resultaron anegadas, según reportes preliminares.

Ante este panorama, el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) elevó a nueve las provincias y al Distrito Nacional en alerta amarilla, mientras otras cinco se mantienen en alerta verde, debido a la incidencia de una vaguada que afecta casi todos los niveles de la troposfera.

En alerta amarilla se encuentran: La Vega, Monseñor Nouel, Santiago, Samaná, Puerto Plata, Hermanas Mirabal, María Trinidad Sánchez, Espaillat, Santo Domingo y Distrito Nacional.

Mientras que en alerta verde están: Sánchez Ramírez, San Cristóbal, Hato Mayor, Duarte y San Pedro de Macorís.

El COE exhorta a la población a no cruzar ríos, arroyos ni cañadas con alto volumen de agua en las zonas bajo alerta, para evitar tragedias.