Caso Leopardo: Varios familiares de uno de los líderes eran pieza clave en el tráfico de drogas y lavado

Varios familiares de uno de los presuntos cabecillas de la red de narcotráfico del caso Leopardo mantenían una participación activa en la organización criminal dedicada al tráfico de drogas para su recepción, distribución y envío de sustancias ilícitas hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Europa.
Así consta en la solicitud de medida de coerción del Ministerio Público, donde se establece que los parientes del prófugo Moisés Severino Inirio también se encargaban de movilizar en el sistema financiero el dinero adquirido por la organización criminal del caso Leopardo.
De acuerdo con el expediente, Moisés, identificado como uno de los principales líderes de la estructura criminal, coordinaba los cargamentos de drogas procedentes de Colombia, que luego eran enviados a Puerto Rico, Estados Unidos y Europa.
En la instancia judicial también se indica que el prófugo Pedro Luis Cordero Espinal, otro de los cabecillas, ejecutaba la logística de las operaciones delictivas y mantenía comunicación constante con el imputado
Rubén Darío Félix Garó, con el objetivo de asegurar el éxito en el traslado de los cargamentos.
Félix Garó está vinculado a la red criminal del caso Leopardo junto a los puertorriqueños Pablo José Rodríguez Irizarry y Carlos Javier Fuentes Torres, una estructura liderada por el serbio Antun Mrdeza.
A través de los mensajes interceptados, las autoridades confirmaron la existencia de una estructura criminal jerarquizada, dedicada al acopio, transporte y exportación de cocaína, que utilizaba estrategias de cifrado, lenguaje encubierto y control territorial, evidenciando el delito de tráfico ilícito de drogas y lavado de activos.
El imputado Wilson Rafael Severino Inirio, hermano del prófugo Moisés, participaba activamente en la logística operativa de la red, sirviendo como enlace local para el resguardo y movimiento de drogas, además de mantener bajo custodia pertrechos y equipos utilizados para garantizar la seguridad de las operaciones ilícitas.
Asimismo, el encartado Néstor Julio Rodríguez Robles, yerno del prófugo Moisés, colaboraba directamente en la estructura familiar y operativa de la organización criminal, a quien se le ocuparon armas de fuego que portaba de manera ilegal.
La imputada Daniela Sthefany Amancio Olavarría habría colocado en el sistema financiero dominicano dinero de la organización en cuentas a nombre del prófugo Moisés Severino y de otros miembros de la red, utilizando conceptos genéricos en distintos bancos comerciales con el fin de evadir controles, ocultar el origen ilícito y dar apariencia de legalidad a los fondos.
También proporcionaba su residencia para que la organización almacenara dispositivos electrónicos utilizados en las comunicaciones y altas sumas de dinero en efectivo provenientes del narcotráfico.
Medida de coerción
El Ministerio Público solicita prisión preventiva para los implicados en la estructura del caso Leopardo: Daniela Sthefany Amancio Olavarría, Rafael Torrez Díaz, Wilson Rafael Severino Inirio y Néstor Julio Rodríguez Robles, además de requerir que el proceso sea declarado complejo.
La solicitud será conocida este jueves por un juez de la Oficina de Atención Permanente de La Altagracia, donde el grupo enfrenta cargos por asociación de malhechores, tráfico internacional de drogas, lavado de activos y otros delitos.
De la red de narcotráfico permanecen prófugos Moisés Severino Inirio, José Ignacio de Jesús Mota y Pedro Luis Cordero Espinal, señalados como los principales cabecillas de la estructura criminal del caso Leopardo, contra quienes se mantienen activas las órdenes de búsqueda y captura.