Abinader, ¿está contra Trump?

El presidente Donald Trump ordenó investigar las violaciones a la libertad de expresión de estadounidenses en Inglaterra.
El secretario de Estado Marco Rubio dijo que cancelarán visas a funcionarios de gobiernos que violen la libertad de expresión de ciudadanos estadounidenses.
El gobierno del presidente Luis Abinader ordenó detener un crucero en alta mar para arrestar a un ciudadano estadounidense que dijo cosas contra su gobierno.
¿Qué está pasando aquí?
Keir Starmer, el primer ministro inglés y el presidente Abinader comparten membresía en el Foro Económico Mundial (FEM), un microscópico grupúsculo de hiper-billonarios que busca imponer controles mediáticos. Abinader y Starmer olvidaron a sus pueblos y gobiernan para el FEM.
Starmer saca criminales violentos y asaltantes sexuales de las cárceles, para trancar a “criminales de la desinformación” gente que dice lo que el FEM no quiere oír. Ignora la creciente escasez de alimentos en Inglaterra; su prioridad es el FEM.
Inmigrantes haitianos depredan áreas protegidas dominicanas. A los dominicanos les falta seguridad pública, energética, alimenticia y educación de calidad. Ninguna es prioridad para Abinader. Su prioridad es control mediático. Recién arrestó a un sujeto que usa lenguaje descompuesto contra su gobierno.
Abinader está enfrentando la nueva política de Trump.
Quien diga que un hombre casado embarazó a una mujer soltera, disemina chismes vulgares. Si es mentira se desvanecerá; si es cierto la verdad prevalecerá. Ante los problemas nacionales, el gobierno invierte cuantiosos recursos persiguiendo chismosos. Esa no es prioridad nacional.
Abinader debe escoger entre Washington y el FEM: si gobierna para globalistas o dominicanos. Complaciendo al FEM, el expresidente Joe Biden controló Facebook, Twitter y otros medios. Trump cambió esa agenda; Abinader se resiste.
Corregir vocabularios descompuestos en los medios no es función policial. Eso debe empezar en aulas y hogares; necesitamos mejor educación. Un pueblo educado rechazará lenguajes de letrinas y cloacas.
Son verdades irrefutables.
Policías analfabetos, dirigidos por políticos corruptos, nunca adecentarán el discurso público; sólo lo controlarán: La libertad es como el aire; si le falta a unos, todos podemos morir asfixiados.