Sólo necesitas cinco minutos de meditación al día para reducir el estrés y sentirte más feliz

No es la primera vez que te lo decimos: la meditación te ayuda a reducir el nivel de estrés de tu día a día para que te afrontes a tu rutina diaria con tranquilidad y una sonrisa. Pero claro, nos imaginamos a nosotras mismas meditando y nos resulta entre difícil y... cómico, para qué vamos a engañarnos.

Sentarte con las piernas cruzadas, la espalda recta, las manos sobre tus rodillas juntando los dedos pulgar y corazón y profiriendo un profundo OM que reverbere en tus oídos... no, la meditación no es para ti. Pero es que esto es sólo la imagen que todos tenemos y, aunque puedas hacerlo, no es la base de la meditación ni lo más importante. Si quieres conocer todos los beneficios que puede tener 5 minutos de meditación sobre tu cuerpo y tu mente, sigue leyendo.

«Vivimos en un sociedad que va siempre a toda prisa, con exigencias y sin tiempo», nos asegura Begoña Escobar Santigosa, profesora de Yoga con más de diez años de experiencia y creadora y directora de La Morada, Centro de Yoga Feminista. «Sentarnos un rato cada día en silencio y quietud, nos invita a parar, a bajar al cuerpo, a descender el ritmo. Nos hace conscientes de cómo nos sentimos, de las fluctuaciones de la mente, del ruido y la prisa, del estrés». ¿No te ha pasado alguna vez que, cuando apagas la luz al meterte en la cama, tu mente no puede parar? Si no te habías dado cuenta hasta ese momento, es que no estás acostumbrada a parar y escucharte, te mueves por inercia en una rueda de obligaciones y actividades que cada vez va más rápido.

Pero no sólo eso, según varios estudios, practicar la meditación puede ayudarte a reducir el estrés del día a día y proporciona alivio de algunos de los síntomas de la ansiedad y la depresión. Tendemos a vivir en el pasado o incluso intentar adelantarnos al futuro y como no podemos, el estrés aparece en nuestra vida. La meditación busca precisamente lo contrario, estar en el aquí y en el ahora y esto nos ayuda a disfrutar de lo que pasa en el momento. Pero la meditación no es mágica, es necesario generar un hábito para lograr cambios a largo plazo.

¿Cómo podemos practicarlo en casa?
Begoña Escobar Santigosa, que además es especializada en embarazo y Yoga Terapeutico, nos anima a dejar atrás los prejuicios: «recomiendo dejar a un lado la idea de mente en blanco y cualquier expectativa creada anteriormente», dice. «Siéntate a observar, cómo si se tratase de una ventana a la que te asomas, con curiosidad y sin juicio. Observa tus pensamientos y déjalos marchar uno a uno. Algunos te arrastrarán y está bien, cuando te des cuenta, despídete de ellos y sigue observando. Se amable, estás practicando, estás aprendiendo y el proceso es lento y también bonito y revelador si escuchas con atención».

No te hacen falta grandes cosas para comenzar a practicar la meditación en casa. «Basta con que te regales el tiempo», nos dice Begoña. « Empieza con unos cinco minutos y a medida que te sientas cómoda, aumenta si es tu deseo, paulatinamente y sin exigencias. Busca un lugar tranquilo, un cojín que te eleve la cadera y si no estás a gusto sentada en el suelo sobre el cojín, coge una silla pero sobretodo asegurar que tu espalda quede recta».

Pero como con todo, si hay un momento en el que te estancas o necesitas que un profesional te guíe, siempre puedes acudir a un centro especializado, como el que dirige Begoña Escobar: «Otra opción para practicar la meditación, es acudir a una escuela de Yoga donde puedes encontrarla como parte de la clase. En Centro de Yoga La Morada lo hacemos al final de la parte física y le da más sentido a nuestra práctica pues nos gusta tener presente que el inicio de la práctica de Yoga, era preparar el cuerpo para meditar».

Ya ves que introducir la meditación en tu día a día tiene múltiples beneficios y no tienes que dedicarle tanto tiempo como podrías pensar en un primer momento. Sólo dedícate ese tiempo para ti misma, disfruta del silencio y de las sensaciones que te provoca escucharte y sé amable contigo y con tus propios pensamientos. Verás como cuando lo conviertas en un hábito, esos cinco minutos se te hacen cortos y quieres más.