Fisura dental: cómo actuar y tratarla correctamente

Una fisura dental puede originarse por masticar algo muy duro, por rechinar los dientes o por el propio envejecimiento del cuerpo. En algunos casos provoca molestias y, otras veces, pasa desapercibida.

Aunque no se hable tanto sobre este tipo de lesiones en los dientes, son bastante comunes. De hecho, afectan a un 40 % de la población y por igual a hombres y a mujeres. La franja etaria más comprometida suele ser entre los 30 y los 60 años.

La fisura dental es una de las principales causas de pérdida de dientes en los países industrializados. Pero no te asustes; existen tratamientos que ayudan a que las piezas dentarias con grietas puedan permanecer en la boca. Te contamos todo al respecto.

¿Qué es una fisura dental?
Llamamos fisura dental a una grieta sin desprendimiento en la estructura dentaria. Se trata de una hendidura que se abre paso sobre la superficie del diente.

Esta falta de continuidad en los elementos puede pasar desapercibida, sobre todo cuando solo involucra al esmalte. En estos casos, suele ser hallada por el dentista en las revisiones odontológicas. Pero otras veces, la fisura dental ocasiona distintas complicaciones, como sensibilidad, infecciones o hasta la pérdida del diente.

Existe un trastorno conocido como síndrome del diente fisurado, una patología que se caracteriza por la aparición de dolor a la masticación provocada por la presencia de una fisura. Debido a que se trata de una grieta muy pequeña y a que el paciente no tiene antecedentes de lesiones anteriores, es difícil de detectar y de diagnosticar.

La edad es un factor importante en la aparición de estas afecciones. Como comentábamos, suele presentarse en personas mayores de 30 años, sobre todo después de los 50.

De todos modos, la edad no es el único elemento a considerar. También pueden ocurrir en personas jóvenes. Veamos en detalle sus causas.

Causas de la fisura dental
Son varias las situaciones en la boca que pueden favorecer la aparición de una fisura dental. Estas son las más frecuentes:

  • Bruxismo: el apretamiento y el rechinamiento de las piezas dentarias las debilita, haciéndolas más susceptibles a las grietas. Además, la fuerza excesiva de este hábito es suficiente para generar fisuras espontáneas en las superficies. Sobre todo, en los molares.
  • Grandes empastes que debilitan la integridad del diente.
  • Morder o masticar alimentos muy duros, como frutos secos, hielo o caramelos.
  • Traumatismos: un golpe en la boca puede dañar la integridad del diente. Los accidentes de tránsito, una caída, lesiones deportivas o las riñas son algunas situaciones que favorecen este tipo de traumas en las piezas dentarias.
  • Cambios bruscos en la temperatura de la boca: por ejemplo, al comer algo muy caliente y luego tratar de enfriar la boca tomando algo helado.
  • Dientes con endodoncias: las piezas dentarias con tratamientos de conductos, al no tener vitalidad por falta de pulpa, se deshidratan con el paso del tiempo. Estos cambios estructurales debilitan los elementos endodonciados, aumentando el riesgo de que se fisuren al morder algo un poco más duro de lo habitual.
  • Piezas dentarias con empastes provisorios: mientras se espera que el laboratorio dental fabrique alguna restauración definitiva, como puentes o coronas, las piezas dentarias se recubren con pastas provisorias. Al morder algo de manera intensa con estos empastes, los dientes de pueden fisurar, sobre todo si tienen una endodoncia previa. En estos casos, las fisuras de raíz son las más habituales.
  • Al retirar un perno: en las maniobras que se realizan para retirar un perno del interior del diente se pueden provocar agrietamientos de la zona radicular que, de por sí, ya está debilitada por el tratamiento previo.

Morderse las uñas causa fisura dental.

Morderse las uñas tiene consecuencias para la salud. Entre ellas, la posibilidad de causar fisuras en los dientes.

Tipos de fisura dental
Una fisura dental será más o menos grave según los tejidos dentarios que involucre, las zonas del diente que afecte y su dirección. Es importante diferenciar la complejidad de la grieta en el diente porque, en función al tipo de lesión, se eligen los tratamientos para solucionar el problema.

Por un lado, de acuerdo a los tejidos involucrados y la magnitud del problema, podemos distinguir estos dos tipos:

  1. Fisura dental superficial: solo afecta el esmalte y no ocasiona dolor ni molestias al paciente. En general, no requiere tratamiento, aunque a veces se prefiere sellarlas para evitar la filtración de bacterias patógenas.
  2. Fisuras dentales profundas: se consideran fisuras profundas a aquellas que se extienden más allá del esmalte, involucrando a la dentina e incluso a la pulpa. Provocan dolor y otras molestias, por lo que serán necesarios distintos tratamientos para revertir el cuadro. En el caso de que la grieta se extienda por debajo de la línea de la encía, suele ser necesaria la extracción del diente.

Como decíamos, también existen otros tipos de clasificaciones. Según la zona del diente afectada podemos distinguir fisuras de la corona, de la raíz o de ambas partes.

La forma y la dirección de la fisura también es importante, sobre todo durante el diagnóstico etiológico y a la hora de enfocar el tratamiento. Es así que podemos clasificar las grietas en horizontales, verticales u oblicuas.

Síntomas de la fisura dental
Algunos tipos de fisura dental no producen síntomas y pueden pasar desapercibidos. Sobre todo, cuando se trata de lesiones superficiales en el esmalte.

Otras veces, las grietas en los dientes pueden ser motivo de varias molestias. Cuanto más profunda y extensa sea la fisura, mayores serán los síntomas. Aunque las sensaciones varían de un paciente a otro.

Las molestias agudas pero discontinuas, que van y vienen, son una de las manifestaciones comunes de estas afecciones. El dolor al masticar o al morder, sobre todo en el momento de soltar la mordida, también es característico.

La presión de la masticación separa los fragmentos de la fisura, generando dolor. Luego, al relajar la mordida, la grieta vuelve a cerrarse con rapidez, provocando una nueva sensación aguda y muy molesta.

La sensibilidad al calor, al frío y a los dulces es otra de las molestias asociadas a la fisura dental. La hinchazón e inflamación de la encía que rodea a la pieza dentaria que duele también es bastante común. Por último, en algunos casos más evidentes, es posible visibilizar y notar la grieta en la superficie del diente.

¿Cómo se diagnostica un diente fisurado?
Si presentas algunos de los síntomas que mencionamos, podrías tener una fisura dental. Lo más indicado, en dicho caso, es que acudas a un odontólogo para que te valore.

Para llegar al diagnóstico preciso de una fisura dental siempre será necesario ir al dentista. El odontólogo cuenta con varios recursos, aunque muchas veces, detectar el trastorno puede ser dificultoso.

En primer lugar, el dentista realiza preguntas sobre el historial médico, las costumbres y las situaciones que podrían asociarse a una fisura en los dientes. Si hay antecedentes de un golpe en la zona, si masticas alimentos muy duros de manera habitual o si sufres de bruxismo, son algunas de las indagaciones que pueden orientar.

Una vez en el sillón, el odontólogo observa el diente de manera minuciosa, usando buena iluminación e inclusive una lupa. También podrá pasar un explorador dental sobre y alrededor de la pieza dentaria para percibir irregularidades o bordes que se enganchen en el instrumental.

El uso de tintes o reveladores dentales también es de utilidad. Estos líquidos pigmentados escurren por la fisura, haciéndola visible.

El sondaje gingival es una maniobra que permite buscar inflamación de las encías e identificar grietas verticales que podrían estar originándola. Las radiografías no son capaces de revelar pequeñas fisuras. De todos modos, puede que el odontólogo recurra a este tipo de estudios para buscar otros problemas asociados.

Tratamientos de la fisura dental
Una vez que el dentista hace el diagnóstico de la fisura dental, puede planificar el tratamiento más adecuado para cada caso. El procedimiento a realizar depende de varios factores:

  • El lugar donde se encuentra la grieta.
  • El tamaño de la lesión.
  • Los tejidos que involucra.
  • Si se extiende o no por debajo de la línea de las encías.
  • Si el paciente presenta síntomas asociados.

En función a estos datos, el odontólogo podrá recurrir a algunos de los siguientes procedimientos:

No hacer ningún tratamiento: en grietas diminutas sobre el esmalte, que no afectan la apariencia ni producen dolor, puede ser conveniente no tocarlas y solo realizar controles periódicos.

  • No hacer ningún tratamiento: en grietas diminutas sobre el esmalte, que no afectan la apariencia ni producen dolor, puede ser conveniente no tocarlas y solo realizar controles periódicos.
  • Pulido: cuando las grietas son poco profundas, se puede hacer un pulido de la superficie dental.
  • Sellado: en caso de fisuras poco superficiales en el esmalte, se aplica un sellante, que es una resina fluida que escurre por la grieta y la rellena. Con esto, se previenen filtraciones de bacterias a zonas más profundas.
  • Empastes: cuando la grieta es más extensa, se restaura y rellena con resinas plásticas que devuelven la función y la estética a la pieza dentaria.
  • Coronas: las fundas son la solución para resolver casos de fisuras muy extensas que comprometen gran parte de la corona dental. También para rehabilitar piezas a las que se les realizan endodoncias.
  • Endodoncias: si la fisura dental alcanza o afecta la pulpa, será necesario realizar una endodoncia. Con este procedimiento se elimina el tejido interno del diente, se sella dicho espacio con materiales especiales y luego se restaura la pieza para recuperar la anatomía perdida.
  • Extracción: cuando la fisura es muy extensa, afecta la zona radicular o compromete otras estructuras vecinas, la extracción del diente será necesaria. Luego se buscarán las alternativas protéticas para recuperar la sonrisa.

¿Qué hacer si sospechas que tienes una fisura dental?
Si te has golpeado la boca, tienes bruxismo o has sentido algo raro en tus dientes al morder un alimento muy duro, puedes sospechar de una fisura dental. Si sientes dolor dentario al morder o las bebidas muy frías o calientes te causan molestias, también puede deberse a una grieta.

En estos casos, lo ideal es acudir al dentista lo más pronto posible para confirmar el diagnóstico y buscar una pronta solución. De todos modos, hasta que puedas asistir, hay algunos cuidados que te ayudarán a disminuir las molestias y no empeorar el problema.

Un consejo muy útil es evitar masticar del lado donde sospechas que está la fisura. Además, lo ideal es ingerir alimentos blandos y fáciles de comer, que no requieran mucho esfuerzo masticatorio.

Evita las comidas duras.
Si el dolor se hace muy intenso, consulta a tu dentista sobre la posibilidad de usar algún analgésico de venta libre hasta que puedas visitarlo en el consultorio. Recuerda nunca automedicarte, pues podrías comprometer tu salud.

Dolor de dientes por una fisura dental.

Dolor de dientes por una fisura dental.
La sensibilidad podría indicar una fisura. Solo un odontólogo realizará el diagnóstico con precisión.
Complicaciones de un diente fisurado
Una fisura dental que no se trata de manera oportuna puede originar caries secundarias, irritar la pulpa dental o fracturar el elemento. Con esto, la pieza se puede perder por completo.

Las grietas también pueden complicarse, causando infecciones. Las mismas pueden extenderse al hueso, a las encías y, en los casos más graves, a otras zonas del cuerpo.

Si sientes sensibilidad dental al frío o al calor, mucho dolor al masticar, tus encías se hinchan, tienes mal aliento y feo sabor en la boca o presentas un aumento de tamaño en el cuello o la cara, debes acudir a tu dentista con urgencia. También si tienes fiebre, palpitaciones o dificultad para tragar, hablar o respirar.

Estos síntomas indican una infección en la boca que debe ser tratada de inmediato para evitar consecuencias más graves. Tu dentista buscará drenar el pus del proceso y recetará los antibióticos.

Prevención de las fisuras dentales
La mejor manera de tratar las fisuras dentales es prevenirlas. Si bien algunas veces no será posible, debes saber que con algunas prácticas simples es posible preservar la integridad de tus dientes.

Las piezas dentarias sanas y fuertes tienen menos probabilidades de agrietarse. Por este motivo, una buena vía es practicar una correcta higiene dental.

Cepillarse los dientes 2 veces al día con pastas dentales con flúor, usar hilo dental a diario y llevar una dieta saludable ayudan a mantener tu dentadura sana. Visitar al dentista cada 6 meses para recibir atención preventiva y controlar posibles daños también es relevante.

Además, para proteger los tejidos duros de tus dientes y evitar que se agrieten, es aconsejable que evites masticar alimentos duros. Si practicas deportes de riesgo debes utilizar un protector bucal y, si padeces bruxismo, las férulas de descarga resguardarán tu dentadura.

Por último, si notas algún síntoma que te hace sospechar que puedes tener una fisura dental, no lo pases por alto. Las grietas en los dientes son bastante comunes y mientras antes se traten, menos riesgos de complicaciones habrá.

Visita a tu dentista de confianza. Como te contamos, hay una variedad de procedimientos disponibles para salvar tu diente y su apariencia.

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