Vaginismo: cuando el sexo se convierte en una auténtica agonía

La cantante Meghan Trainor, quien saltó a la fama con una de las canciones más divertidas de la cultura pop contemporánea, 'All About That Bass', no sonó tan optimista como en el video de este super hit en la más reciente emisión de su podcast Workin' On It, que conduce junto a su hermano mayor y en el que revela detalles de su cotidianidad, incluyendo su vida sexual.

En el más reciente episodio, Trainor, quien también es productora musical reveló que las relaciones sexuales con penetración con su esposo, el actor el actor Daryl Sabara, resultan sumamente dolorosas. Primero detalló que la causa principal era el tamaño del pene de su esposo. "Llega hasta el punto de que le pregunto: '¿Está dentro del todo?'. Y me dice que solo la punta, y yo no puedo más. No sé cómo solucionarlo: ¿debería hacer estiramientos antes?", se preguntó la artista antes de contar que fue al especialista en busca de una solución.

El diagnóstico fue vaginismo, afección que sufren aproximadamente dos de cada mil mujeres y cuyas causas no están del todo claras. Aunque para Meghan Trainor fue esperanzador saber que es posible no sentir dolor durante las relaciones sexuales, aún con el diagnóstico no ha logrado mejorar su situación de pareja porque le genera ansiedad pensar que puede sufrir alguna lesión irreparable.

Afortunadamente, la ciencia ha avanzado también en este sentido y da respuesta y soluciones a estas inquietudes. La doctora Sofía Herrera, médico ginecólogo, quien es también especialista en sexología clínica, explica que el vaginismo es una contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico más superficiales que constituyen la entrada de la vagina y cuyas causas podrían estar relacionadas con diversos factores que pueden ser psicológicos u orgánicas.

Ejemplos de las causas físicas pueden ser una cicatriz de una episiotomía -cirugía menor que se hace durante el parto para ensanchar la abertura vaginal- que está fibrótica; otra puede ser una cirugía de prolapso cuya malla quedó muy ajustada y ocasiona la contracción. Entre las causas psicológicas están los traumas pasados, como el abuso sexual; o experiencias de dolor.

El tratamiento del vaginismo implica un trabajo multidisciplinario en el que coincidan ginecólogo, un terapeuta físico y un sexólogo, para que puedan abordarse todas las aristas del problema. Además del chequeo médico y de la asesoría psicológica para ambos miembros de la pareja, es posible que se recomienden ejercicios para la relajación del suelo pélvico, como los ejercicios de Kegel reversos, entre otros. La buena noticia es que con el tratamiento oportuno y la constancia pueda superarse esta afección.

Cuando el tamaño sí importa

Con respecto al tema del tamaño del pene, que suele ser frecuentemente debatido, Herrera, quien también dirige la plataforma de salud femenina Tu Salud Íntima, junto a la doctora Klara Senior, dice que es importante revisar el contexto general de la paciente, revisar todos los factores que pueden estar ocasionando molestias y el tipo de molestias.

Si bien se comprende que hay una elasticidad natural en los órganos sexuales en general que permite la práctica sexual en la mayoría de los casos, hay medidas que tienen un límite, según explica la especialista. "Una mujer que nunca ha tenido un parto, o una mujer que tiene una cirugía de prolapso que tiene una entrada muy pequeña puede sufrir molestias en caso de un pene muy grande, sobre todo si no hay paciencia, lubricación y dilatación de la zona".

La doctora especifica que al saber en qué parte específicamente se presenta el dolor se pueden tomar mejores acciones para encontrar la solución. Si es en la entrada, puede deberse a la anchura del pene, si es en el vientre probablemente puede ser por lo largo.

"En el primer caso, por el ancho del pene, tiene que usar mucho gel lubricante, en base agua con ácido hialurónico, independientemente de que se sienta excitada, y jugar con la dilatación, sea con los dedos, con juguetes sexuales, con la punta e ir poco a poco para que pueda adaptarse la zona, y darle tiempo a que la persona se relaje mentalmente, que se relaje el suelo pélvico y no se contraiga. Si se trata del largo, hay que cambiar posiciones, donde no se penetre profundo y ella pueda controlar esa profundidad de penetración".

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