3 errores que debes evitar para cuidar tu piel después de hacer ejercicio

El ejercicio permite que la sangre corra de manera más rápida por todo nuestro cuerpo, lo cual permite que las células de la piel se nutran de mejor manera y se mantengan más sanas, lo que a su vez provoca que esto mejore su apariencia.

Además, hacer actividad física también produce que el cuerpo pueda deshacerse de las toxinas a través del sudor, lo cual también mejora la salud de la piel y permite que esta se renueve de mejor manera.

Sin embargo, es importante ayudar a que estos beneficios puedan perdurar en nuestra salud, evitando ciertos errores que pueden echar todo el esfuerzo por la borda.

De esta manera, te decimos tres errores que tienes que evitar si quieres gozar de los beneficios que hacer ejercicio trae a tu piel de manera orgánica y sin que tengas que hacer nada más que ejercitarte y mantener una adecuada rutina de limpieza.

Saltarte la limpieza facial

Antes y después de hacer ejercicio debes lavarte la cara, pero especialmente no hacerlo después puede cobrarte factura debido a que la grasa y la suciedad se pueden acumular en tu rostro, tapando sus poros y provocando brotes de acné e imperfecciones.

Aunque te metas a bañar, es importante que no olvides limpiar tu rostro de manera específica de todo el sudor, mugre y demás impurezas que se te pudieron haber adherido mientras te ejercitabas.

Lo puedes hacer con un jabón suave o con un agua modelar como la de NIVEA, la cual limpia si estás maquillada –pero si puedes recuerda quitarte el maquillaje antes de hacer ejercicio– remueve el maquillaje, a la vez que limpia, refresca y revitaliza la piel, eliminando impurezas, a la vez que mantiene su equilibrio natural.

Tocar la cara

Es común que cuando estés ejercitándote sientas la tentación de tocarte la cara con las manos y seguir trabajando, pero esto no es recomendable.

De hecho, esta es una de las formas más comunes de llenar tu rostro de suciedad que, si no la retiras a tiempo, tiene el potencial de infectar tu cara con bacterias que le pueden provocar acné y otras irritaciones.

Y si a esto le sumas que dejas el sudor que se seque sobre tu rostro, resultará en una combinación fatal que eclipsará los beneficios para la piel que trae hacer ejercicio y que, en contraste, podría provocar, entre otras cosas, que tu piel pueda envejecer prematuramente.

Dejar de lado la hidratación

Tomar agua antes, durante y después del ejercicio es una de las recomendaciones que se suelen repetir una y otra vez, pero todo tiene una razón de ser.

Cuando te ejercitas, sudas y esto provoca una deshidratación en todo tu cuerpo, incluido tu rostro. Tan solo en un centímetro cuadrado tenemos más de 600 glándulas sudoríparas, así que imagínate el potencial que tenemos de sudar. Esto es muy bueno porque te ayuda a deshacerte de las toxinas, pero puede resultar muy malo si no repones esa agua de la que te estás deshaciendo.

La hidratación no solo incluye beber agua, sino también colocar una crema humectante después de que ya te hayas lavado el rostro después de ejercitarte. No dejes que tu piel se reseque porque la puede hacer lucir con mayor edad.



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