Cómo se vive después del cáncer de mama

“Con regularidad se considera que el cáncer va más allá de los 40 años, pero algunos casos, como en el mío, llega antes de esa edad, sobre todo cuando se tienen factores de riesgo como venir de una familia en la que siempre ha estado presente esta enfermedad”, comenta Susana Pérez, quien a los 27 años fue diagnosticada con cáncer de mama.

En su familia, su bisabuela, abuela y dos tías han sufrido de este tipo de cáncer. Sin embargo, solo Susana ha tenido la suerte de ser diagnosticada a temprana edad. “Debido a que mi familia está muy familiarizada con el cáncer, mi mamá desde los 17 años me enseñó a hacerme el autoexamen. Era una fecha marcada en el calendario, cada 11 del mes me tenía que parar frente al espejo y revisarme. Sin embargo, en agosto del 2015 pasamos una situación difícil y lo olvidé”, relata la joven.

El 11 de septiembre de ese mismo año Susana se hizo el autoexamen y se detectó una bolita en la mama izquierda. Comenta que cuando la sintió no creyó que se tratara de cáncer sino de un piquete de insecto, así que no comentó nada a sus familiares. Sin embargo, al mes siguiente, en su rutina de evaluación, la volvió a sentir. Les dio la noticia a sus padres, quienes la llevaron al médico.

El 3 de noviembre fue diagnosticada con cáncer de mama. “Cuando el médico me dio la noticia sentí que se me vino el mundo encima. Me dio miedo y enojo, porque no entendía la razón por la que yo era la siguiente de mi familia en sufrir esa enfermedad. A pesar de esos sentimientos, sabía que tenía que enfrentar el cáncer y no darme por vencida”, dice García con una voz fuerte y seria.

Un año después, tiempo en el que recibió quimioterapias y radioterapias, Susana terminó su tratamiento. Cuando fue a su última sesión, dice que sintió la meta cerca y se sentía orgullo de ella misma, porque pensó que nunca más visitaría la clínica en la que recibió ayuda. Sin embargo, los médicos le comentaron que debía seguir llegando para chequeos constantes.

Factores de riesgo
El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control. Existen diversos factores que pueden influir al desarrollo de esta enfermedad. Los principales consisten en hacerse mayor y tener sobre peso, declara Walter García, cirujano oncólogo.

Entre los principales factores de riesgo se encuentra ser mayor de los 50 años, tener antecedes familiares de cáncer de mama o cáncer de ovario y un Inicio temprano de la menstruación antes de los 12 años y comienzo de la menopausia después de los 55. No tener actividad física y tener sobrepeso; tomar hormonas, quedar embarazada por primera vez después de los 30 años y no amamantar.

Lo más importante de esta enfermedad es la detección temprana, por lo que es recomendable que antes de los 40 años se realice el autoexamen una vez al mes y después de esa edad una mamografía anual.

Tratamientos
Hay diversos tratamientos para esta enfermedad. Cada uno depende del tipo de cáncer, de las características de la paciente y de la etapa clínica. Es decir, el tamaño y qué tan avanzado se encuentre el tumor, explica Karen Girón, cirujana oncóloga.

Los métodos más utilizados son la cirugía, que consiste en cortar los tejidos con cáncer. La quimioterapia, en la que se usan medicamentos especiales para reducir o matar las células cancerosas. Estos pueden ser tomados por medio de pastillas, inyectados o ambos. También se utiliza una terapia hormonal, la cual impide que las células cancerosas obtengan hormonas, las cuales les ayudan a crecer. La radioterapia, que consiste en usar rayos de alta energía, similares a los rayos X, para matar las células malignas.

La especialista explica que, al terminar el tratamiento, la paciente es sobreviviente de cáncer porque en ese momento no hay evidencia de la enfermedad en el cuerpo. Sin embargo, dependiendo de la etapa clínica en la que se encontraba el tumor y los factores de riesgo, existe la posibilidad de que el cáncer se vuelva a desarrollar en un corto, mediado o largo plazo. Por ello, es importante dar un seguimiento de por vida.

Seguimiento
Carmen Contreras fue diagnosticada de cáncer de mama en diciembre del 2016. De igual forma, cuando llevaba a cabo su autoexamen sintió una pelota en su pecho, por lo que acudió al doctor y este le dio la noticia de su enfermedad.

Durante este proceso a Carmen le hicieron una mastectomía, cirugía en la que se extirpa totalmente el seno, y 4 quimioterapias. Estas últimas por prevención ya que el cáncer estaba encapsulado, por lo que había menos posibilidad de su expansión. El tratamiento terminó el 21 de febrero del 2017, durante ese tiempo, para ella lo más importante fue el acompañamiento de Dios, su familia y amistades, quienes en ningún momento la dejaron sola.

“Hasta hoy no me han dicho que estoy libre de cáncer, pero soy una sobreviviente. Durante este tiempo no he dejado de visitar a los médicos porque es necesario llevar un seguimiento para evitar que el cáncer vuelva a aparecer. Me hago exámenes de rutina, como análisis de sangre, cada cuatro meses y una mamografía cada año. Además, me tomo mi pastilla diaria”, expresa.

Carmen Contreras realiza actividad física a diario, como parte de sus cambios de hábitos. (Foto Prensa Libre: cortesía).
Para Carmen, lo más difícil del tratamiento fue cuando comenzó a caérsele el pelo, por las quimioterapias, debido a que no sabía si le volvería a crecer. Después de la mastectomía le tomó un tiempo verse al espejo nuevamente y aceptar su cuerpo. Sin embargo, con el acompañamiento de los especialistas y sus familiares y amigos, comprendió que estas son señales de que se puede ser más fuerte que el cáncer.

“Comprendí que no me debía tenerme lástima, sino sentirme orgullosa de que no me había dejado vencer y que estaba luchando. Hoy en día continúo con mi vida normal. Quizá cambié un poco mis hábitos porque hago más ejercicio y mi alimentación es más saludable, pero no son cambios difíciles. Incluso, me ayudan a disfrutar más mi rutina diaria y, por consiguiente, mi vida”, asegura.

El doctor García explica que es importante dar acompañamiento a las sobrevivientes de cáncer de mama durante 10 años. “La duplicación celular que se produce durante el cáncer de mama y que ha creado células diferentes y se quedan en el cuerpo pueden ser detectadas a los 8 o 10 años. Hemos tenido casos en donde el cáncer regresa a los más de 10 años”, dice.

El 80% de los casos no demuestra evidencia de tener tumor en los próximos cinco años después del tratamiento. Mientras que el otro 20% no lo demuestra hasta los 10 años.

Signos de fortaleza
Para Nancy Varela el mensaje más importante que le dejó padecer cáncer de mama es demostrarse a ella misma su fortaleza y la voluntad que tiene para salir delante de todas las adversidades de la vida.

Fue diagnosticada en el 2017. Su tratamiento duró, aproximadamente, un año y consistió en una mastectomía, 8 quimioterapias y 25 radioterapias. Uno de los momentos más difíciles en este tiempo fue darle la noticia a su familia, sin embargo, estos lo asimilaron muy bien y ofrecieron su apoyo en todo momento.

Para Nancy otro momento difícil fueron los efectos secundarios de las quimioterapias. En cada mujer son diferentes, pero ella se caracterizó por tener náuseas, dolor de cabeza y sueño durante el día. Estos últimos fueron siento cada vez más leves conforme avanzaba el tratamiento. Sin embargo, para la náusea encontró una solución poco común, la cual consistía en comer cada 4 horas.

Al consultarle si la mastectomía fue un proceso difícil de aceptación afirma que no. “Me costó un poco volverme a ver al espejo, pero luego analicé que me quitaron algo que me estaba haciendo daño, entonces comprendí que debía aceptarme como soy y agradecí por los años que tuve mi pecho, pero en ese tiempo era momento de dejarlo ir porque ya no me hacía bien”, dice.

Para Nancy Varela el cáncer fue una oportunidad para valorar más la vida y los pequeños detalles. (foto Prensa Libre: cortesía).
Nancy expone que después de un tiempo de la operación optó por una prótesis de pecho. “El médico me la recomendó. Al principio me costó acostumbrarme por su peso. Sin embargo, ahora ya me acostumbré y cuando estoy en la calle o haciendo otras cosas, me olvido de que hace unos años me hicieron una mastectomía y no tengo pecho”, describe.

El médico Walter García indica que hoy en día la mayoría de las mujeres en Guatemala son candidatas para reconstrucción mamaria. Esta se puede hacer con diferentes procesos, desde prótesis, expansores de la piel, hasta trasladado de partes de músculos de la espalda hacia adelante. Estos procesos deben ir acompañados de ayuda psicológica para que cada una aprenda a aceptar su cuerpo.

“En uno de los procesos más difíciles, que es cuando se cae el pelo, yo cambié mi personalidad. Antes era tímida y callada, pero en ese tiempo hasta participé en un concurso Reinas de Esperanza que realiza Fundecam. Para mi fue impresionante y me sentí orgullosa de no avergonzarme por lo que estaba pasando”, dice con alegría Contreras.

Para las tres mujeres sobrevivientes de cáncer de mama esta experiencia que les ha tocado vivir es un signo de su fortaleza. Por lo que invitan a otras mujeres con esta enfermedad a no dejarse vencer y a luchar con todas sus fuerzas para salir adelante. El diagnostico de cáncer no es fatalista, se puede pelear contra la enfermedad y vencerla.

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