Cantantes en RD: Guardaron pan para mayo, pero saben que el negocio de la música cambiará

Para la reaper­tura de los ba­res, cines, dis­cotecas y salas de presenta­ciones artísticas, aún que­dan tres meses. Sería a par­tir del 24 de agosto, según lo estableció la Comisión de Alto Nivel, que serán resta­blecidas las actividades ar­tísticas, siempre y cuando no haya habido un retroce­so en la lucha contra el co­ronavirus Covid-19 y los pa­rroquianos se sometan a las reglas del distanciamiento social establecidas.

Mientras, los trabajado­res del arte han visto para­lizadas todas las actividades productivas y sus ingresos totalmente lacerados. So­lo los más organizados han podido mantenerse a flote.

Cantantes, dueños de agrupación, dueños proyec­tos musicales e intérpretes de la canción no han sufrido los estragos de la cuarente­na como otros ubicados en una escala de más bajo ni­vel. Para una parte de ellos, la productividad continúa. La organización económica previa al coronavirus le ha permitido a muchos artistas desarrollar un buen estilo de vida y no sucumbir ante la llegada inesperada de la pandemia.

Johanna Almánzar es una artista conocida en el país por los consumidores de música bohemia, visitantes a bares y salas de pre­sentaciones. Con más de 20 años en la música ha desa­rrollado una carrera esta­ble, con la que ha logrado asegurar la vida económica de su familia.

Johanna se hace acom­pañar de un equipo, a ve­ces, hasta de 10 personas, y tenía presentaciones todos los días, incluyendo hasta tres por noches.

A esta intérprete la cua­rentena no la tomó econó­micamente desprevenida. Los frutos de su trabajo le permitieron guarecerse y esperar hasta que las pre­sentaciones musicales vuel­van a la normalidad.

“Todos saben que cuando uno se organiza cualquier situación que llegue es más fácil lidiar con ella. Siem­pre he dicho que el respe­to al público, la entrega y la disciplina, sumado al talen­to, son las bases que fomen­tan a un buen artista y eso ha sido esencial en mi carre­ra. Si hoy no hemos sufri­do en demasía los estragos de la cuarentena es porque hemos sido disciplinada y nos hemos preparado para el futuro”, expuso la artista oriunda de La Vega.

El cambio

Con la reapertura Johan­na está consciente de los cambios que se avecinan. Sabe que los establecimien­tos tendrán que acoger a una menor cantidad de pú­blico y que, por ende, ella también se verá en la obli­gación de reducir su perso­nal de trabajo.

Aunque a partir del 24 de agosto el entretenimien­to retomaría la escena, esa realidad que se avecina no es alentadora. La salsa, la bachata y el merengue ve­rán sus presentaciones mer­madas hasta que la econo­mía mejore.

Sin embargo, Elvis Mar­tínez está optimista. El ba­chatero asegura que todo se va a restablecer, a pesar del trauma que pudo causar el coronavirus en muchas fa­milias.

“Será un poco complica­do que el mundo vuelva a la normalidad, pero todos estos años la alegría que ha llevado la música ha sido parte de la vida misma y es difícil vivir sin la motivación que nos genera la música”, expuso el artista.

Elvis tenía una gira pre­vista para Europa, Miami, San Martin y Curazao, las que quedaron pospuestas hasta nuevo aviso.

“Ahora lo importante es cuidar a mi familia y por eso estoy aquí. Hemos seguido colaborando con nuestros músicos económicamente, y gracias a Dios nosotros he­mos llevado una vida orga­nizada y no hemos sufrido esas precariedades”, dijo.

El mercado de la salsa también enfrenta un nuevo desafío. Sexappeal entiende que habrá que reinventar las presentaciones y nuevas formas de llevar el trabajo.


“Porque para que todo se restablezca todos ten­dremos que sacrificar al­go, desde los dueños de establecimientos, clubes, empresarios, los artistas, to­dos tendremos que caminar en la misma dirección”, ex­puso el salsero.

Para Ramón Orlando no ha sido diferente: “Las agru­paciones merengueras tam­bién sufrirán los embates de esta crisis”.

CANTAUTOR

Frank Ceara.

“En casa del justo no fal­tará el pan, dice la bi­blia”, expone Frank Cea­ra al contarnos sobre su situación particular vivi­da en la cuarentena. Co­mo a todos, sus planes han tenido que esperar por nuevas fechas: una comedia teatral, un con­cierto y el lanzamiento de un nuevo disco.

“Aunque la música en tiempos de crisis no es una necesidad per se, sí ha sido vital en estos días de confinamiento, ya que la música causa mucha conmoción sico­lógica dentro del ser hu­mano. De alguna forma nos hemos comunica­do llevando aliento a la gente. Nos queda levan­tarnos de la crisis del la­do positivo, nos vamos a reinventar… y muy pronto vamos a reen­contrarnos con el públi­co”, expuso Ceara, quien dijo confiar en que el ne­gocio del arte vuelva a tomar su curso.

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