Editorial de NTN: ¿Quién podrá defendernos?
Según la Policía Nacional fue un cabo que estaba fuera de servicio quien mató a la arquitecta Leslie Rosado, la noche del sábado, en Boca Chica.
El cabo Janli Disla Batista, de 30 años de edad, se desplazaba junto a su familia a bordo de una motocicleta, cuando fue impactado en la parte de atrás por Leslie Rosado, quien manejaba una Jeepeta color blanco.
Dice la policía que la familia de Disla quedó tendida en el pavimento mientras que la arquitecta no se detuvo en el lugar, por lo que el agente se auxilió de otra persona para perseguirla.
Disla y su acompañante alcanzaron a la arquitecta en las inmediaciones de la calle Duarte en Boca Chica, y fue allí donde comienza a hacerle parada tocándole en varias ocasiones el cristal del lado del conductor con su arma de reglamento", indica el documento de la Policía.
El documento señala que el cabo no se había "percatado" de que su arma de reglamento estaba manipulada y "en esas circunstancias se le escapó el disparo que le ocasionó la muerte a la arquitecta...
Sin embargo, la teoría acomodada de la policía se cae cuando el MP dice que las evidencias MUESTRAN UNA PERSECUCIÓN, ASÍ COMO DISPAROS TOTALMENTE INCOMPATIBLES CON UN HECHO INVOLUNTARIO.
Rosado salió de celebrar el cumpleaños de su padre y se encontraba en dirección hacia su residencia en el Distrito Nacional.
Queda claro que las armas de fuego no sólo son un peligro en manos de la población civil sino también de las autoridades.
Que aunque no cuentan con suficientes relaciones humanas, quienes debieran proteger a la población tampoco tienen las más mínimas condiciones para portar un arma de fuego.
Obligatoriamente hay que hacerse la pregunta del Chapulín: ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?